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Reportaje

Fútbol base
Fábrica de estrellas
 
María FRECHILLA y Markel GARCÍA

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

Padres y madres acuden a ver a sus pequeños jugar y disfrutar, y el público general asiste con la ilusión de encontrar algún jugador que destaque entre los demás y que pueda llegar a convertirse en una estrella dentro del mundo futbolístico, para poder así dentro de unos años presumir delante de su grupo de amigos por haber visto al chaval en sus inicios.

 

Porque son estos torneos los que forman a los jugadores, los que les hacen esforzarse al máximo por conseguir hacerse un hueco entre la élite. El fútbol base es el fútbol formativo, el fútbol de las escuelas, de los colegios, de los niños, es la base sobre la que se posa el fútbol profesional, en él es donde reciben las primeras lecciones técnicas y tácticas, dedicación, pasión, ganas de trabajar y mejorar, siempre con la ayuda de un entrenador, parte central a la hora de crear una dinámica hacia la que orientarse en el futuro.


El desarrollo de las canteras es fundamental, ya no solo a nivel deportivo, sino social. Los chavales aprenden, además de fútbol, los valores relacionados al trabajo en equipo, el compañerismo, el esfuerzo… valores tan necesarios y olvidados en la sociedad actual. El fútbol base contiene un carácter polivalente que es necesario fomentar y no dejar en el olvido. Constituye un excelente instrumento para equilibrar la formación y el desarrollo humano de la persona. La actividad física ofrece la ocasión de mejorar la salud de los que la practican, de luchar de una forma eficaz contra los malos hábitos. Representa un instrumento adecuado para promover una sociedad más solidaria y preparada para luchar contra la intolerancia, el racismo, la xenofobia, la violencia o el consumo de alcohol.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

Pequeños jugadores que nunca tienen una mala palabra para el rival, no se revuelven en el suelo y no fingen las lesiones, que no hacen entradas feas al rival, y ni siquiera buscan la trampa. Es más, huyen de todo eso, lo que quieren es el fútbol limpio, el fútbol de verdad, el fútbol que se disfruta. Solo quieren jugar con la pelota, disfrutar de lo que dura un partido, llegar a casa y recordar lo vivido. Son amantes del balón, amantes de los equipos en los que están.
 

Por todo ello, torneos como la Amorebieta-Etxano Cup son necesarios en el ámbito local y nacional. Los chavales disfrutan de un momento inolvidable, que les servirá para avanzar como futbolistas y como personas. En estos casos los resultados y la competitividad no es la base, prevaleciendo siempre el juego y la diversión. Como decía Mª Eugenia Etxebarria, presidenta de la SDA: “El objetivo es principalmente motivar a todos los jugadores/jugadoras de nuestro base. Representa también una jornada de convivencia entre todos los participantes”.

 

Ilusión, compromiso, esfuerzo, ambición, fútbol… es lo que se respiraba a lo largo del puente de la Inmaculada en Amorebieta-Etxano. Este pueblo se convierte en estas fechas en el centro de las miradas futbolísticas por albergar en sus dominios uno de los más importantes torneos de fútbol base de la zona.


El torneo celebrado en Amorebieta como año tras año desde hace ya 14 ediciones, sigue reuniendo en la localidad vizcaína a los mejores jugadores alevines del momento repartidos en los diferentes y más importantes equipos de la península.

Fútbol base

Eso sí, siempre recordando que lo importante no es la victoria en estos casos, tal y como menciona Javier Lavandeira en su libro “El entrenamiento del fútbol ofensivo”: “La formación debe ir relacionada con la mejora del futbolista a todos los niveles. Si consigues que el futbolista sea capaz de mejorar a nivel individual, posibilitará la mejora del grupo de futbolistas que actúen con él y a la larga mejorará el conjunto, por lo tanto llegarán los resultados positivos sin que estos sean nuestro fin principal”, “Lo esencial en la base es que el futbolista vaya adquiriendo bases sólidas sobre las que asentar su proceso de madurez futbolístico-personal, que debe ir relacionado con las mejoras, que le permitan, poco a poco y quemando sus fases, convertirse en un futbolista competitivo a todos los niveles: decisional, psicológico, físico, etc…”.

"En el fútbol base no se recogen frutos, se ponen las semillas"

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